TRABAJA LA MUSCULATURA DEL PIE

18.08.2015 10:15

Cuando tratamos de promover una estabilización corporal y control motor óptimos, podríamos decir que en muchas ocasiones no se le presta demasiada atención a la musculatura intrínseca del pie, pasando por alto la tremenda importancia que tienen estos músculos. Estos son los encargados de controlar la disipación de fuerzas que generamos al impactar contra el suelo y estabilizar el pie durante este impacto.

No olvides dedicar unos minutos a la semana al fortalecimiento de tus pies. Corregirás el exceso de pronación o supinación, ganarás en estabilidad y en prevención de lesiones derivadas de un deficiente apoyo del pie.

Desde el punto de vista económico, podrás usar zapatillas más convencionales y baratas ya que tu pie habrá desarrollado la fuerza suficiente.

Anatomía y funcionalidad

Dicho esto, vamos a conocer un poco más en profundidad la anatomía y función de esta musculatura tan importante.

La musculatura intrínseca del pie está dispuesta en cuatro capas, estos están inervados por el nervio tibial. Una primera capa, está formada por el abductor del dedo gordo ("abductor hallucis", presente en numerosas publicaciones), el flexor corto de los dedos y el abductor del dedo meñique. La segunda capa incluye el cuadrado plantar (flexor accesorio de los cuatro dedos laterales) y lumbricales (accesorios a los tendones del flexor largo de los dedos). La tercera capa está constituida por el vientre transversal y oblicuo del aductor del dedo gordo, el flexor corto del dedo gordo y el flexor corto del meñique. La cuarta capa la forman os músculos interóseos.

La musculatura intrínseca, a diferencia de los músculos extrínsecos, abarcan únicamente el pie sin intervenir en el tobillo.

Su principal función es proporcionar soporte dinámico al arco longitudinal medial del pie y controlar las fuerzas que actúan sobre él al caminar, correr o saltar.

musculatura intrinseca pie

El arco longitudinal medial del pie, está constituido por el calcáneo, astrágalo, escafoides, cuboides, tres cuneiformes y los tres primeros metatarsianos. Muchas veces vemos a estos huesos como estructuras fijas, sin embargo, durante la absorción y generación de fuerzas del pie contra el suelo, estas estructuras son capaces de realizar movimientos de rotación, flexión y extensión. Por lo tanto, junto con la musculatura intrínseca del pie, contribuyen al control estático y dinámico del arco longitudinal medial.

Problemas y posibles soluciones

Cuando existe debilidad de la musculatura intrínseca del pie, es muy posible que surjan problemas a nivel del pie y/o tobillo como puede ser la temida fascitis plantar, pequeñas deformidades en los dedos o los conocidos juanetes. Debemos saber que el desequilibrio en estos músculos no se trata de algo aislado, sino que va a suponer unas posibles compensaciones a nivel de la rodilla (valgo), cadera y columna vertebral (escoliosis).


Ahora que ya sabemos esto, debemos ser capaces de evaluar y reconocer este posible problema. Aquí es cuando nos viene a la mente la imagen del pie plano y sus posibles consecuencias. Además de las personas con este evidente problema, debemos tener en cuenta que los individuos con un arco plantar alto o normal no están exentos de padecer determinadas patologías como fascitis plantar, tendinopatía aquilea, síndrome de estrés medial de la tibia, fracturas por estrés, etc. Por lo tanto, es muy importante tener en cuenta y mejorar la habilidad de la musculatura del pie para controlar el arco longitudinal medial ante la aplicación y generación de fuerzas contra el suelo. Ya no nos vale tan sólo con evaluar el pie de forma estática, debemos ver cómo actúa en movimiento. A la hora de hacer la valoración, se tendrán en cuenta los siguientes aspectos:

  • Hundimiento excesivo del arco longitudinal medial o la pronación del pie durante la elevación del talón.
  • Eversión del pie.
  • Colapso en valgo de la rodilla
  • Percepción de que el pie permanece en contacto con el suelo demasiado tiempo.
  • Percibir cualquier movimiento anormal del pie de derecha a izquierda.


Una vez realizada la valoración (también debemos realizar otros test para evaluar de forma estática), si observamos alguno de los aspectos mencionados anteriormente, debemos llevar a cabo determinados ejercicios para tratar de corregirlo.

Ejercicios corrrectivos

En relación con el trabajo correctivo, se habla mucho del término "Short foot". Este consiste en tratar de comprimir el arco plantar como si quisiéramos acercar el talón y los dedos, manteniendo estos en contacto con el suelo y evitando la flexión de los dedos. Es muy aconsejable combinar este tipo de ejercicio con un trabajo previo de movilización y trabajo miofascial del pie. Es muy posible que en un primer momento se necesite ayuda externa para que el individuo sea consciente del trabajo que tienen que hacer la musculatura interna del pie. A partir de aquí seguiremos una progresión hasta poder integrarlos en determinadas actividades como por ejemplo el ejercicio de sentadilla.

Existen diversos estudios que muestran que ejercicios y formas de trabajar son más efectivas para re-establecer el control de los músculos intrínsecos del pie. Jung, Do-Young et al. (2011), comparan la actividad eléctrica del abductor del dedo gordo y del ángulo del arco longitudinal medial durante ejercicios de flexión de los dedos y "short foot" en sedestación y en apoyo monopodal en bipedestación. La actividad del abductor fue mayor para "short foot" en ambas posiciones. Para los ejercicios "short foot" la actividad fue mayor de pie que sentado.

Además de esto, Hyo-Jin Heo et al. (2014), mostraron una mayor efectividad en el fortalecimiento del abductor del dedo gordo durante el "short foot" en la posición de dorsiflexión de tobillo.

ejercicios musculatura intrinseca

Moon-Hwan Kima et al. (2013), comparan la actividad del abductor y aductor del dedo gordo entre los ejercicios "short foot" y extensión de los dedos ("toe-spread-out") en individuos con pie valgo. Estos concluyeron que existía una mayor activación del abductor del dedo gordo en el ejercicio de extensión de los dedos que en el "short foot", además, no se apreció diferencia de activación entre ambos ejercicios para el aductor del dedo gordo. En relación con el ejercicio "toe-spread-out", se concluyeron mayores beneficios al realizarlo de pie que sentado (Young-Mi Goo et al., 2014).

Scott K. Lynn et al. (2012), concluyeron que el ejercicio "short foot" es más efectivo en la activación de la musculatura intrínseca del pie que el "towel grabbing" (agarrar una toalla con los dedos de los pies) Drewes et al. (2011), observaron beneficios del ejercicio short foot en individuos con inestabilidad de tobillo.

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